Novena semana: del 3 de marzo al 9 de abril.
Por desgracia, ésta ha sido mi última semana en el centro y para no variar he seguido dando vueltas a las cosas. La semana pasada realicé varios juegos en los que unos ganaban y otros perdían, unos sabían más respuestas que otros, unos se desenvolvían mejor que otros, y eso generó bastantes envidias. Viendo eso, me planteé trabajar el tema de la envidia. Así que el martes de esta semana, organice la clase y trabajé la envidia a través de un cuento del programa de filosofía para niños.
El cuento es el siguiente:
​
“El ratón”.
​
Hoy Ana ha llegado al colegio un poco más tarde que de costumbre. Cuando llega al patio, ve que todos los niños forman un círculo alrededor de Julia. Julia tiene algo escondido entre las manos.
​
- Enséñanoslo, queremos tocarlo – dicen todos.
​
Julia niega con la cabeza y quieren que la dejen tranquila. Ana siente mucha curiosidad. Se acerca a Julia y le pregunta qué tiene escondido en las manos. Javier se acerca también y dice:
​
- Julia tiene un ratoncito que hemos encontrado en el patio.
​
- ¿Puedo cogerlo? – Pregunta Ana.
​
Julia dice “no”. Pero abre un poco las manos y Ana ve las orejas, los ojos y los hocicos del ratón. De repente, María grita:
​
- ¡Ahora me toca a mí! ¡Quiero coger el ratón!
​
Pero Javier dice:
​
- ¡Yo estaba antes!
​
Julia mira a los niños y les dice:
​
- No voy a dejar el ratoncito a nadie. Es mío y nadie lo va a tocar.
​
Javier se pone a llorar y le dice a Julia:
​
- Pero me habías prometido que me lo dejarías un poco.
​
De repente, María comente:
​
- ¡Bah! Pues este ratón tampoco es tan bonito. Mi primo tiene un hámster muchos más bonito y más suave y me deja jugar con él siempre que quiero.
​
Los niños estaban tan ensimismados con el ratón que no vieron llegar al profesor.
​
- ¿Qué pasa aquí? ¿Por qué lloras Javier? – Pregunta el profesor.
​
Entonces Javier explica:
​
- Hemos encontrado un ratoncito en el patio del colegio, pero Julia no me deja cogerlo.
​
Julia dice:
​
- Es que yo lo he cogido antes.
​
Al decir esto el ratón da un salto y se escapa corriendo por el patio. Todos los niños se quedan mirando al ratón. Julia se pone triste y llora al ver que su ratón se escapa. Javier se queda mirando al ratón y sonríe.
Después del cuento, realicé una serie de preguntas para ver que entendían sobre la envidia, las preguntas son: ¿Por qué crees que todos los niños quieren tocar el ratoncito de Julia? Habilidades Socioemocionales en Educación Infantil 20, ¿Por qué crees que Julia no quiere enseñar el ratoncito a Javier, pero sí a Ana?, ¿Por qué Julia no presta el ratoncito a otros niños?, ¿Cuáles son las consecuencias?, ¿Por qué crees que María cambia de opinión de repente y dice que el ratoncito de Julia no es tan bonito? , Si prestamos un juguete a otro niño, ¿nos quedamos sin el juguete para siempre?, ¿Por qué algunos niños siempre quieren lo que otros tienen? , ¿Qué crees que se siente cuando quieres lo que tiene otro: alegría, tristeza, enfado, frustración, envidia?, ¿Por qué Javier se pone a llorar?, ¿Cómo crees que se siente Javier? ¿Por qué?, ¿Quién ha encontrado el ratoncito?, ¿Por qué Javier medio sonríe cuando se escapa el ratoncito de las manos de Julia?, ¿Qué siente Javier para sonreír?, ¿Tiene una buena razón para estar contento? , ¿Está bien que Javier sonría cuando se escapa el ratoncito de las manos de Julia? , ¿Se te ocurre alguna solución para los niños que siempre quieren lo que tienen los demás?
​
Saqué varias conclusiones, y es que a la hora de hablar de la envidia les costaba comprender esta emoción y el cuento que trataba de ella, al ser una emoción compleja. Por lo que les contestaba responder a las preguntas relacionadas con el cuento, pero sí era capaz de responder a las preguntas que se le formulaban poniendo ejemplos de su vida cotidiana. Ha quedado muy claro que les cuesta reconocer que tienen envidia.
​
Dejando atrás el tema de la envidia, decir que el viernes de esta semana tanto mi compañera de prácticas como yo, hemos preparado una fiesta de despedida. Hemos hecho las fiesta con las dos clases de 5 años porque queríamos fomentar la relación entre los compañeros de las dos clase. Allí había muchas cosas de comer, de beber, música, globos…Los niños se lo han pasado pipa, ha sido muy emotivo ya que los niños no querían que nos fuéramos y me decían “eres la mejor profe que he tenido en la vida”, “No queremos que te vayas”, así que era muy complicado no llorar. Los echaré de menos.
​
​
¡Una de las mejores experiencias de mi vida!